El 19 de septiembre de 2017 Jessica Mendoza se encontraba en la sala de parto de un sanatorio de la colonia Roma en punto de las 13:14 horas, cuando de repente inició un terremoto que más tarde se supo fue de 7.1 grados Richter.
A pesar del movimiento de la tierra que dejó cientos de destrozos y personas sin vida, la historia de la familia Ortiz Mendoza fue diferente, ellos dieron a luz en pleno movimiento sísmico.
La familia se encontraba en el Sanatorio Durango, en la colonia Roma, Jessica Mendoza tenía 6 centímetros de dilatación, ella no entró en pánico, simplemente continuó con su labor de parto.
En ese momento, entre el médico, las enfermeras, su esposo y su mamá, sacaron a la futura mamá de la clínica y buscaron un lugar seguro donde pudiera dar a luz.
El padre del bebé que venía en camino dijo que llevaron a su esposa a la banqueta en la esquina de Durango y Sonora.
En ese punto, policías y otras personas improvisaron una especie de casa de campaña con sábanas y mantas para que Jessica Mendoza pudiera dar a luz a su bebé milagro quien ahora lleva el nombre de Adolfo Iñaki.
Con gasas, guantes de látex y un aparato para medir la frecuencia cardiaca del bebé, finalmente después de media hora, el papá Amado Ortiz anunció que su bebé había nacido.
Tras el parto, Jessica y su recién nacido fueron llevados a una sala que fue habilitada para brindar atención a los pacientes que habían tenido que abandonar el sanatorio.
Con información de Excélsior