Durante una serie excavaciones en la necrópolis de Kiz-Aul, en Kerch, un grupo de arqueólogos encontró el esqueleto de un niño con una calavera momificada, informó el fondo Arqueología de Crimea.
Al momento de su muerte, el niño tenía un año y medio y su cráneo había sido deformado por la fuerza, según concluyen los historiadores.
"Su cabeza fue sometida a la deformación casi inmediatamente después de su nacimiento. La deformación craneal es bastante común para los sármatas (antiguo pueblo iranio)", aclararon los arqueólogos.
Sin embargo, para algunos usuarios de redes sociales este descubrimiento es una prueba irrefutable de la vida en otros planetas por lo que la necrópolis recibió el nombre de "tumba extraterreste".
Con información de La Neta Noticias