En el expediente CI-FMC/MC-1/UI-1C/D/573/06-2017 se estableció que los medicamentos eran Rivotril (Clonazepam), Carbamazepina de 200 miligramos, Anapsique de 25 y Co-Aprovel.
Los ingirieron Mireya, su padre, Enrique, la esposa de éste, Rosa María y se los dieron a Emiliano, de 9 años, y sus hermanas, de 6. Todo a la 1:10 horas del 6 de junio pasado.
Solo sobrevivió Rosa María, quien está hospitalizada como probable responsable de homicidio doloso.
"Me siento decepcionada de la vida. La vida no ha sido justa para nosotros. No pudiste ni podrás deshacer el vínculo que tengo con mis hijos, me cansé.
"(...) Quédate con tu vida mediocre y de apariencias con la gente, tú y yo sabemos lo que eres", escribió Mireya en su recado póstumo.
Las víctimas tomaron 100 pastillas de Rivotril, droga que actúa como relajante, pero que en exceso detiene el corazón.
Fueron 40 pastillas de Carbomazepina, 112 de Co-Aprovel y 60 de Anapsique, medicamento para tratar depresión.
Los cuerpos fueron hallados en una habitación en sus casa en la Colonia San Jerónimo, en Magdalena Contreras.
La Procuraduría capitalina tiene claro que se trató de un pacto suicida. Todo porque Mireya perdió la custodia de sus hijos con su ex esposo, Leopoldo.
Según las indagatorias, la mujer vivía un estrés emocional, aseguraba que sería arrestada y creía que la madre de Leopoldo -su ex esposo-, 2 jueces y sus propios abogados estaban en contra suya.
Denunció tres veces a su ex pareja por abuso sexual, pero no se comprobaron las agresiones.
RAZONES PARA PERDER LA CUSTODIA
Se tuvo acceso a la sentencia del 25 de febrero de 2016 que suspendió la patria potestad a Mireya Agraz Cortés de sus tres hijos.
La jueza Silvia Araceli García justifica su decisión al valorar las declaraciones del exesposo Leopoldo Olvera, quien refirió que Mireya le llegó a decir que "prefería matarlo antes de que sus hijos vivan con él".
Además, la juzgadora valoró que Mireya tenía un antecedente de suicidio en febrero de 2006.
La sentencia retoma los estudios psicológicos realizados a Leopoldo Olvera en octubre de 2012, por el Servicio Médico Forense de la Procuraduría General de Justicia (en ese entonces del Distrito Federal) donde se concluye que "es una persona entusiasta que se deja llevar por las emociones del momento, llegando a actuar de forma impetuosa y aventurada, sin pensar claramente en las consecuencias de sus acciones... No se encontraron elementos que indiquen un trastorno de la sexualidad".
Sobre sus hijos, la juzgadora indica que no se encontraron síntomas de abuso sexual. Sin embargo, en la misma sentencia la impartidora de justicia tuvo las valoraciones de cuatro sicólogos especialistas en abuso sexual infantil, quienes señalaron que sí había síntomas en el hijo mayor.
Fuente: Mural y Excelsior