En medio de las celebraciones por el pase de Chivas a la final, el alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro, cumplió lo prometido: entregar el monumento de la Minerva después de meses de restauración. Sin embargo, le llovieron críticas por lo que fue calificado como “oportunismo político”. Fuegos artificiales y luces multicolores (rojo, blanco y azul, of course) bañaron a la diosa de la sabiduría. El edil publicó en Twitter: “#LaMinerva está de fiesta y luce mejor que nunca. Vénganse a celebrar con nosotros”. Y la pregunta es: ¿Cuándo gane el Atlas se pintará de Rojinegra? Al margen de esta discusión, la gente en las calles festejó el pase a la final como si fuera el mismísimo título, pues Chivas tenía más de 10 años de no acudir a una, justamente la del once.
Al alcalde le salieron bien los cálculos y pudo festejar doble: el triunfo de su equipo favorito y la culminación de las obras de restauración de este monumento que tanto significa para los tapatíos.
Alfaro Ramírez, señaló que se espera que luego de esta restauración que tuvo un costo de ocho millones de pesos, el descuido en que se encontraba al iniciar los trabajos no vuelva a ocurrir, pues ahora se contará con un manual de mantenimiento que podrá seguirse en los años venideros.
Fuente: Crónica Jalisco